lunes, 9 de junio de 2008
Planificando la semana
A unos se nos da mejor y a otros peor. Pero la planificación es importante para la organización de una casa. Y como no es sencillo para todos, vamos a sugerirte que planifiques a corto plazo, no más de una semana.
Limpiezas: puedes trabajar sobre un papel, escribiendo a mano. O también utilizar el ordenador, que es más ecológico. El caso es que puedas dibujar una tabla. En la zona superior, en horizontal, escribe los días de la semana excepto el día de descanso, y en la parte izquierda, en vertical, los nombres de las personas que viven en casa. Plantéate cuáles son las prioridades de tu casa, tal y como hemos hablado en un post anterior y, teniendo en cuenta los horarios en los que estáis en casa y dando no más de 15 minutos a cada tarea, repártela sobre la tabla. Compártela con tu familia y ponedla en práctica. Al principio tendréis que ir mirando cuál es la próxima tarea, pero poco a poco la rutina será sencilla y fácil de seguir.
Compra: mucha gente hace compras mensuales y otras personas van al día. Sea cual sea tu ritmo de compras, planifícala. Ve a comprar siempre con un listado de las cosas que te faltan y necesitas, y siempre después de comer. Lo notará tu bolsillo, positivamente. A muchas personas se les olvida con facilidad apuntar cosas en lista. Procura mantener un papel y un bolígrafo en la cocina o despensa. Apunta todo aquello que se acabe o que necesites comprar. De este modo no olvidarás nada importante.
Comidas: comas en casa o fuera, seguramente hagas al menos una comida al día en tu hogar, con tu familia. Si te cuesta decidir qué hacer para cenar o comer, haz una tabla semanal teniendo en cuenta los alimentos que tienes en la nevera. Te ayudará a no estar pensando delante de la cocina durante minutos y minutos. Ahorrarás tiempo y cocinar se hará más fácil. Y si te falta algún alimento, lo verás enseguida y podrás apuntarlo en tu lista de la compra. No olvides que, además, te ayudará a saber qué alimentos debes sacar del congelador y poner en la nevera para la siguiente comida.
Ropa: esta acción es muy positiva una vez que la conviertes en rutina. Y si hay niños en casa, es muy importante enseñarles a hacerlo desde que son pequeños. Antes de acostarte abre el armario y decide qué te vas a poner al día siguiente. Elígelo todo, desde el traje o el vestido, hasta la corbata y los zapatos, pasando por los accesorios, como los gemelos, el bolso o los pendientes. Esto te ayudará a muchas cosas: ahorrarás tiempo por la mañana y podrás dormir unos minutos más; aprovecharás más tu ropa, ya que verás complementos que usas menos a menudo y los incorporarás a tu vestuario, como ese bolso que tienes abandonado en un rincón o ese reloj lleno de polvo sobre la mesa. Además, estarás más fresco y con más ideas para combinar tu ropa.
Prueba unos días, y nos cuentas. Seguro que notas la diferencia.
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