sábado, 5 de julio de 2008

Seguridad en el hogar: fuego


Calor, comustible y oxígeno.

Estos son los tres elementos básicos para que se produzca un fuego. Si falta uno de ellos, no habrá llama.

La seguridad en el hogar es muy importante, y saber cómo prevenir un incendio o cómo lidiar con él cuando ya está activo, nos puede ser de gran utilidad.

Por lo general, no somos conscientes de lo rápido que se puede propagar un incendio en nuestro hogar. Hace un par de años pude ver un video grabado por los bomberos españoles con el fin de utilizarlo para la formación y prevención. En un escenario constuido para esta actividad, un salón, colocaron un cigarrillo sobre un cojín del sofá. Grabaron toda la escena.

El salón empezó a arder a los pocos segundos. A los tres minutos ya no quedaba ni rastro del salón. Era un simulacro, pero los bomberos nos aseguraron que es real, por eso es tan importante que sepas cómo actuar ante un incendio.


No tenemos ese video, pero hemos encontrado este otro, que simula la misma situación.

También
hemos encontrado otro que trata de explicar la misma situación, a través del fuego iniciado en un árbol de navidad de una casa.

Os dejo un enlace a los consejos que ofrece una importante aseguradora de nuestro país. La verdad es que yo no podría haberlo explicado mejor. Por favor, léelo atentamente y asegúrate de cumplir los consejos que te dan. Sobre todo, no te arriesgues. Tú puedes apagar un fuego cuando todavía es conato de incendio, es decir, tiene una llama mínima que se puede apagar con poco esfuerzo. De otro modo, cierra puertas y ventanas para evitar que entre oxígeno, sal de la vivienda y llama a los bomberos.

Algunas explicaciones

A pesar de ello, en numerosas ocasiones tenemos dudas acerca de las cosas que nos dicen. Nos lo cuentan, pero no nos lo explican. Aquí van algunas explicaciones básicas:

Si tu ropa prende fuego, no corras. Tírate al suelo y rueda. Y aunque parezca muy básico decirlo porque todo el mundo conoce el motivo, al final en el momento en el que sucede no lo recordamos y ocurren tragedias. El fuego sube, tiende a subir. Por ello, si corres, avivarás la llama y le ayudarás a extenderse por el cuerpo. Si ruedas por el suelo eliminarás el oxígeno y lo apagarás, además de que le estás dejando menor superficie para extenderse por ella.

Si se prende el aceite de una sartén por un descuido, NO eches agua. El agua no apaga los incendios producidos en soportes eléctricos ni sobre líquidos. El agua pesa menos que el aceite, por lo que se quedará debajo y no apagará el fuego. Así que recuerda la ecuación que te hemos dado al inicio de este post y elimina una de las variables: oxígeno, combustible, calor. Basta con apagar el fuego, retirar la sartén o echar más aceite frío. Aunque lo más sencillo es coger una tapadera y ponerla encima de la sartén, eliminando el oxígeno.

Si notas olor a gas cuando abres la puerta de tu domicilio, no entres. Vuelve a cerrar muy lentamente y llama a los bomberos. Piensa que cualquier pequeña chispa que genere tu cuerpo (roce de zapatos, contacto de dos metales, etc.) podría hacer estallar la vivienda o generar un intenso fuego. Si el olor lo percibes estando en casa, sigue estos consejos.

Extintores

Tener un pequeño extintor en casa te puede proporcionar mucha seguridad. Un extintor es el elemento básico para actuar al iniciarse un conato de incencio. Son sencillos de utilizar: basta con quitar la anilla que lo precinta, dirigir la manguera hacia la base de las llamas y lanzar el contenido del extintor.

Además, con una revisión cada pocos meses estará siempre preparado para cualquier situación.

Existen cuatro tipos de extintores:


Habitualmente en lugares públicos y para tu hogar, la recomendación es coger uno del tipo ABC, es decir, que puede emplearse sobre cualquier tipo de incendio que se produzca. De hecho, son los más extendidos.

Hemos encontrado, buceando por internet, un documento de formación básico para el uso de extintores. Te dejamos un enlace para que lo veas.

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