domingo, 2 de agosto de 2015

Tu ropa habla de ti



Lavar, tender, poner la secadora, doblar, planchar, guardar... esta es una tarea ardua, cuando no odiosa, para muchas personas. Uno de los principales motivos es el tiempo que consumen estas labores.

¿Podemos mejorar nuestra relación con nuestra ropa y su proceso de preparación para las nuevas puestas? Sí. Todos dedicamos tiempo con mucho gusto a aquello que disfrutamos. Si te gusta tu ropa, te asegurarás de que siempre esté cuidada para lucirla y que te haga lucirte. Sólo tienes que tener en cuenta algunos consejos.

Reduce el armario
Este consejo es para todo el año, no solo para la época veraniega, o para cuando subes o bajas de talla. Deja en tu armario solo aquella ropa que te gusta, te sienta bien y te hace sentir bien. Tener una prenda que no te pones nunca porque no te gusta cómo te ves con ella no ayuda: pierdes esfuerzo en lavarla, tenderla, plancharla y guardarla y lo haces con desgana. Dedica tiempo solo a lo que disfrutas y te gusta.
Cuando compres nuevas prendas, busca aquellas que tengan buenos tejidos, que vayan a durar. Lo bueno no tiene que ser caro: busca la relación calidad-precio según tu presupuesto pero no dudes en invertir un poco más si esa prenda te gusta, te sienta bien y vas a disfrutar llevándola.
Tener menos ropa nos da muchas ventajas: menos que lavar y mantener (en tiempo y dinero), es más sencillo mantener el orden, nos permitirá elegir de un solo vistazo lo que queremos ponernos y combinarlo, siempre nos quedará bien porque tenemos solo lo que nos gusta y nos sienta bien.

Consejos de lavado
Cuando compres ropa, busca que sea de calidad. A veces esto lleva asociados unos cuidados en su lavado. Mira si se puede lavar en agua fría, si admite lavadora y centrifugado, si necesita plancha. Luego lava en ciclos cortos o largos según el tiempo que tengas y la suciedad de la ropa. También ten en cuenta las revoluciones por minuto, ya que te ayudará a agilizar el tiempo de secado. Pero no llenes del todo la lavadora: con algo menos de carga la ropa se mueve más, se lava mejor y la sacas con menos arrugas.

Consejos para tender
Si tiendes en cuerda exterior o terraza cubierta, extiende bien la ropa antes de ponerla en la cuerda, te evitarás algunas arrugas.
Pon las pinzas en los lugares donde menos se vean y procura que esté a la sombra: el sol se come el color y amarillea los blancos.
No hace falta que esperes a que salga el sol para lavar la ropa. El sol no es bueno para las prendas, así que basta con que el tiempo no sea húmedo (si esto es posible donde vives) y que no llueva.
Procura retirar la ropa tan pronto como esté seca. Mayor exposición reseca las fibras.
Si usas secadora, saca la ropa tan pronto como haya terminado el programa de secado.
Dobla la ropa cuando esté seca: no la dejes a un lado esperando ser utilizada. Es la manera más sencilla de evitar arrugas innecesarias.

Si sigues estos pasos, deberías tener muy poca ropa para planchar. Hazlo tan pronto como puedas, no acumules.

La relación con nuestra ropa y con este proceso cambiará radicalmente cuando solo tengamos que cuidar de la ropa que nos gusta y con la que disfrutamos.

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