¿A ti no te ocurre? Vas a una tienda, ves cajas y al pensar en todo lo que quieres organizar en casa sientes el deseo de llevarte algunas para dejar tu hogar más ordenado. Prometen un espacio limpio y a salvo de trastos.
Si has decidido llevarte las cajas puedes encontrarte con varios problemas: es muy alta o demasiado baja para el lugar que le corresponde, es muy pequeña o muy grande para almacenar lo que quieres, una vez puesta no encaja con la decoración... Vamos a intentar resolverlo desde antes de la adquisición.
Antes de adquirir cajas contenedoras, sigue estas reglas, ahorrarás mucho:
Almacenar no es lo primero: a pesar de que se siente como una necesidad, no es la primera parte del proceso (en los próximos días publicaremos un post sobre este asunto). Antes de ello hay que eliminar trastos, medir, saber lo que hay....
Las cajas te ayudan a establecer límites: por lo general, pensamos que si llenamos un espacio, necesitamos más espacio para almacenar lo que pueda llegar después. En realidad, el pensamiento debería ser al revés: establecer un límite basándonos en el espacio del que disponemos. Si tenemos una única estantería para almacenar libros, cuando lleguen más libros no hay que apilarlos en el suelo, sino que habrá que deshacerse de algunos libros para hacer hueco a los nuevos. Hemos puesto límites a nuestros libros según el espacio que tenemos en casa, y eso es lo que hay que respetar. Con las cajas ocurre igual.
Maximiza el espacio. Intenta ser creativ@. Mucha gente cree que el espacio se acaba en los muebles o en el espacio que tiene a mano. Intenta pensar en vertical. Mira hacia el techo y piensa en todo el espacio inutilizado que hay en casa. O bien ten en cuenta cada rincón y espacio inferior que habitualmente pasa inadvertido.
Las cajas no tienen por qué ser caras. Hay contenedores para todos los bolsillos. En realidad, cualquier contenedor debe ser funcional, más que bonito. En muchas ocasiones se utilizan dentro de cajones y armarios y sirven para organizar. Mucha gente, de hecho, utiliza cajas (como las de pañuelos) cortándoles la tapa superior.
Piensa "fuera de la caja". Esta expresión significa que hagas cosas que no son las habituales. Reutiliza los objetos para otras cosas que no sean propiamente el uso habitual o para el que han sido creados.
¿Acostumbras a comprar cajas y contenedores antes de ver cómo aprovechar el espacio que ya tienes?