¿Qué tal elegir una zona de tu casa para mantenerla siempre limpia y sin trastos? Por ejemplo, tu escritorio. Entonces, habrá un oasis en mitad del caos. A lo mejor prefieres causar buena impresión y estableces que esa zona sea el recibidor.
También puedes establecer un límite sobre la altura que pueden tener las pilas de cosas que amontonas. Cuando te quedas sin sitio para almaenar más, lo mejor es establecer la regla "uno entra, uno sale" (por cada objeto nuevo que entra en casa, debe salir uno. O si eliminas uno, puedes traer uno nuevo).
Si eres de l@s que tienes mucho espacio para almacenar y mostrar objetos, puedes empezar ya a definir qué se queda y qué no. Puedes decidir que cada mes vas a poner como objeto decorativo uno sólo de los cuadros artísticos que tu hijo ha traído a casa. El resto puedes regalarlos a familiares o amigos, y otros guardarlos. Los menos favorecidos pueden ser fotografiados para el recuerdo y eliminados físicamente de tu hogar.
Y sobre todo, antes de adquirir ropa nueva o cualquier otro objeto, plantéate si lo necesitas o si te ayuda a cumplir tus objetivos. Si no es así, piensa si realmente merece la pena comprarlo.