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Involúcrales desde el principio. Es bueno que sepan con anticipación que se va a organizar su dormitorio, que deberán pasar el día colaborando y que tomarán decisiones sobre sus objetos personales.
Permite que pueda ayudar alguno de sus amigos/as. O quien prefiera! no sólo será un apoyo psíquico y motivador, sino también físico, ya que ayudará en las tareas de selección. El adulto puede explicar qué debe hacerse y sentar las bases. Después, serán los niños quienes decidan cómo actuar con cada objeto. Basta con ponerles tres cajas muy sencillas y de ideas generales: una de trastos que no quieren, no usan o no van a utilizar más. Otra con objetos para tirar porque están rotos o estropeados. Y una última con objetos que quieren conservar, pero guardados en una caja, y no a la vista en el dormitorio.
Deja que otro adulto lidere el proceso de organización. Si consideras que tus hijos harán "más caso" a una tercera persona, avísale para que sea ella quien coordine las labores. A veces los niños escuchan y aceptan más los consejos que vienen de terceros, aunque los hayan oído mil veces de labios de sus padres.
Recuérdales a menudo los beneficios y ventajas del orden: durante la organización, es importante recordarle por qué estáis ordenando el dormitorio y por qué es tan importante. Por supuesto, hay que adaptar las explicaciones a sus edades. Y sobre todo, ser conscientes de nuestras palabras: si decimos que es lo que los adultos quieren, eso no les motivará. Sin embargo, les gustará más oír que encontrará antes sus juguetes, que podrá llevar a sus amigos a una habitación siempre limpia, que tardará menos en limpiar y recoger cuando se lo piden... Es más, cada vez que encuentre algún objeto que había extraviado, puedes reforzar la idea de los beneficios preguntándole dónde lo dejará para que siempre lo pueda volver a encontrar: un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.
Y si todo esto falla, siempre puedes "sobornarles" con premios o con "fichas" que se cambian por premios cada vez que mantienen el orden y la limpieza de su habitación.