No lo dejes ahí, llévalo a su lugar
Antes de dejar cualquier cosa en algún lugar de la casa, pregúntate si ese es el lugar al que pertenece.
Al principio puede parecer trabajoso tener que dejar cada cosa en el lugar que le hemos asignado, pero si te mantienes y lo haces constantemente, acabará siendo sencillo y lo harás de modo automático.
Un ejemplo es vestirte y desvestirte. Incluso si tienes prisa, recuérdate que sólo te tomará un minuto más dejar tus prendas colgadas cuando te la quitas, mucho menos tiempo del que vas a necesitar para recoger y colocar semanas de ropa tirada por la casa.
Y no es sólo ese tiempo y trabajo el que te ahorras cuando lo haces en el momento. Piensa en cuántas veces has tenido que planchar de nuevo una camisa por haberla dejado arrugada en un rincón.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Estrategias sencillas para todos los días
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