Tras un caluroso verano, el otoño se hace notar con una bajada gradual de las temperaturas. Pero también con la caida de las primeras lluvias y cielos grises.
Es importante recordar limpiar los cristales de las ventanas en estas ocasiones. Basta con hacerlo el día siguiente -siempre y cuando no haya previsión de lluvia de nuevo-, cuando no dé el sol directo para evitar la evaporación del agua y por tanto queden manchas sobre el cristal.
El método más sencillo es utilizar agua jabonosa secando posteriormente con papel de periódico. Si son ventanas que acumulan grasa, incorpora un poco de desengrasante en un primer paso. Otras opciones son el uso de bayetas ecológicas para cristales o lavar la ventana en una bañera, ducha o lugar amplio, secándola bien antes de volver a colocarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentarnos algo?