Unos son grandes y espaciosos, donde cabe desde la aspiradora hasta un pequeño bote de pintura. Otros son tan pequeños, que sólo se puede poner en ellos cuatro productos.
Sea como sea el armario de la limpieza de tu casa, recuerda que también tiene que estar organizado. Si está ordenado, encontrar el producto adecuado para cada tarea no debería llevarte más de unos segundos.
Para ello, lo más importante es dividir los productos por categorías, como por ejemplo, para qué dormitorios los utilizas o su función (los productos "mata-bichos-varios"), y poner cada categoría en una caja o cesta diferente.
El objetivo de las cajas es que, si vas a limpiar el baño, puedas coger la cesta entera, realizar tus tareas y devolverla al acabar, evitando ir cargad@ con productos y olvidar alguno de ellos. No olvides poner una bayeta o paño en cada cesto, para no tener que hacer más viajes al armario.
Otro punto importante de la organización de estos armarios es el espacio. Cada vez tenemos menos sitio para poner productos. ¿Qué tal si los reducimos a los básicos?
En principio, bastaría con tener un producto para limpiar los suelos, otro para las lozas del baño, dos o tres específicos (lejía, bicarbonato, insecticida, producto para madera...) y al menos uno genérico (es ideal un spray con agua jabonosa, para cualquier superficie).
Algunos de ellos incluso se pueden suprimir y sustituir por una vaporetta, ya que el vapor caliente mata a los gérmenes, limpia y no daña las superficies al no contener química.
Recuerda, además, que el armario de la limpieza debe revisarse una o dos veces al año para comprobar caducidad de los productos, reponer lo que se haya acabado o mejorar la organización.
tarea hecha, me ha quedado todo muy ordenado!!!!!
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