Hoy he dedicado 4 horas de la tarde a modificar el sistema de organización de mi vestidor. Al tener instalado un sistema modular de estantes, cajones y barras, es sencillo adaptarlo tanto a la ropa de verano como a la de invierno con solo cambiar la distribución de sus elementos.
Durante dos días, he estado pensando cómo mejorar el sistema y dónde colocar determinados objetos que no tenían un lugar asignado. Habían llegado allí, pero el lugar que ocupaban no era el adecuado. Gracias a ellos me di cuenta de que era hora de revisar el sistema, aprovechando para asegurar si todo lo almacenado en el vestidor aún debía estar ahí.
Cuando decidimos cuál será nuestro sistema de organización para una zona concreta de la casa (puede ser el armario, la cocina, el baño, el dormitorio o lo que prefieras), no podemos pensar que con eso es suficiente.
Los sistemas deben ser revisados de vez en cuando durante el año para ajustarlo y mejorarlo. También para asegurarnos de si aún debemos conservar todo lo que habíamos guardado. Tal vez con el paso de las semanas o los meses, reevaluamos lo que hay en las cajas o estantes y descubrimos que podemos deshacernos de una parte de lo que guardábamos.
Aprovecha también para mejorar el sistema. Como en mi caso, intenta adaptarte al momento en que estás. Si para ello necesitas o quieres cambiar muebles u objetos de lugar, hazlo. Pero no olvides planteártelo con tiempo. Planifica, mide y después actúa, no trabajes en balde.
Esto no quiere decir que el sistema no sea el correcto: sencillamente, el mantenimiento tiene que realizarse para ajustarse a tu vida y tus necesidades. El sistema tiene que facilitarte la vida y ser útil. Si lo dejas siempre igual y no lo revisas, en algún momento se desajustará respecto a tu forma de vivir, y comenzará a desorganizarse sin que sepas el motivo.
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