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Vamos a hablar de dos de los posibles casos que se pueden dar y cómo podríamos actuar en cada uno de ellos. El primero de ellos es cuando fallece un familiar muy cercano. Por lo general, y tras los primeros días de duro acercamiento a la realidad, es importante tomar las riendas de la casa y empezar a tomar decisiones. Es importante tener a mano un par de cajas decoradas que te parezcan bonitas y varias bolsas de basura.
Intenta eliminar de los armarios, cajones, muebles y de toda la casa en general, cualquier detalle perteneciente o que recuerde al ser querido. Es difícil sacar de nuestras vidas determinados objetos. Los que mayor sentimiento generen puedes guardarlos en las cajas, que posteriormente puedes almacenar en los altillos o en el trastero. Aunque sea duro, hay que deshacerse de ropa y objetos que ocupan espacio y que no aportan ya nada a la vida futura, hacia la que hay que mirar. Estas prendas y objetos se colocarán en las bolsas de basura y se donarán o tirarán según el ánimo que tengas.
Estas acciones también son válidas si se trata de seres muy cercanos a amigos o conocidos que necesitan ayuda para reorganizar sus casas tras el fallecimiento. Las casas suelen traer muchos recuerdos y hay que intentar dejar sólo los justos, que permitan acordarse con cariño pero sin atarse a un pasado irrecuperable.
El segundo caso es cuando hay una ruptura sentimental de pareja. Cuando la convivencia ha acabado, las casas almacenan multitud de recuerdos y objetos comunes. Es momento de mudarse de hogar, al menos uno de los dos lo hará. Y por tanto, hay que organizar igualmente todo lo que contiene el hogar. Aprovecha este momento para hacer limpieza a fondo de todo lo que posees. Elimina ropa que no te sienta bien (es momento de verse guap@ y sonreir), objetos que traen recuerdos innecesarios o dolorosos, trastos acumulados y que ahora sólo ocuparán sitio en tu nueva vida... deberías poder meter todas tus propiedades en unas pocas cajas fáciles de trasladar allá donde vayas.
Dos momentos en la vida en los que hay que esforzarse por organizar la parte material para poder ordenar la parte sentimental y vivir una vida plena asumiendo los cambios.